Hace un tiempo, para inaugurar este blog publiqué una entrada sobre un plugin de WordPress que había desarrollado, que arreglaba una pequeña función de los avatares de usuario que me molestaba un poco.
Seis años han pasado ya desde que fuera subido al directorio de plugins de WordPress.org. Cómo que el plugin lo desarrollé para mi blog, y no dejó de funcionar en las sucesivas actualizaciones de WordPress, no volví a preocuparme por él en todo este tiempo.
Ahora bien, un día de este año se me ocurrió revisitar la página del plugin y descubrí que se había installado más de 100 veces (¡eso son 16,66666666666667 instalaciones por año!), pero más importante aún, había recibido dos reseñas, y una de ellas con críticas constructivas.
Escritas en 2014.
Y las había omitido completamente.