Cómo una simple idea y un pequeño experimento terminó en uno de los video juegos más importantes de la historia.
Es el año 1996 y Super Mario 64 para la Nintendo 64 había sido publicado el 23 de junio en Japón (a España llegaría el 1 de marzo de 1997). En la guía oficial del mismo año se publicaron dos entrevistas realizadas a Shigeru Miyamoto y a su equipo de desarrollo.
A la pregunta de cómo empezó el proyecto, Miyamoto responde:
En el principio estábamos trabajando en algo realmente simple —decepcionantemente simple, incluso bajo la perspectiva del equipo que acabaría desarrollando el gigantesco juego final.
Había una habitación hecha de bloques parecidos a las piezas de Lego, donde Mario y Luigi podían correr, subir cuestas, saltar, etc. Intentábamos adaptar correctamente los controles a una palanca 3D analógica, y cuando sentimos que [el movimiento] era fluido, sabíamos que estabamos a mitad de camino. De esta manera, nos dimos cuenta que queríamos crear un área un poco más grande para poder mover los personajes.
(Fragmento traducido al castellano por un servidor. Puedes leer el original en inglés aquí.)
Tras tener una mecánica sólida, el juego se desarrolló alrededor de ella y así se fue construyendo la leyenda. Un pequeño experimento que se supo hacer crecer y se mantuvo fiel a la idea original. ¿Cuántos grandes proyectos no habrán empezado así, partiendo de una simple idea?
